Héctor Garibotto era la primera voz. Hijo de don Santiago E. Garibotto y doña Juana Roaca, domiciliaba en la calle Payta 448. En 1910 también hacia trío con Cesar Andrade y Enrique Cerna.
Alberto Bancalari tocaba la guitarra y hacia la segunda voz del dúo, de profesión agricultor al igual que su padre don Juan Bancalari, y que para estos años vivía en el Jirón Viru 270.
Vivian uno cerca del otro, además cerca de Malambo de donde probablemente conocieron y aprendieron todo el sabor criollo, a pesar de sus orígenes.
Es curioso observar que muchos de los músicos de aquella época nunca colocaban como datos personales, al menos en ninguna partida de nacimiento, matrimonio o defunción que hemos tenido oportunidad de revisar, su profesión: MUSICO, probablemente se debía a que no era algo que les rinda económicamente hablando, sino que tenían oficios principales y que la música era su afición a tiempo parcial. Tal vez uno que escapa a esa tendencia fue Daniel Alomía Robles donde si consigna como dato: “Artista Peruano”.
Su repertorio estaba conformado por tristes, yaravíes, valses, polcas, tonderos y marineras, siendo este último género donde más se destacaron. Aparentemente también estuvieron en la ya mencionada fiesta donde se encontraba Joseph Hoffay pero que en definitiva no fueron seleccionados en favor de Montes y Manrique, tal vez por su repertorio limitado o por lo “Europeo – Italiano” de sus apellidos, ya que como vimos la Columbia cuando anunciaba su próxima incursión en las “Indias Americanas” probablemente el apellido de ellos no les sonaba tan criollo.
Sobre ellos dice Aurelio Collantes, en su libro “La Canción Criolla”: “Ellos junto con el tenorio Pancho Ferreyros representaban la mas autentica leyenda de los cantares al otro lado del río hablador. Ecos lunados del Puente Balta al de Piedra”.
También menciona que fueron grabados en cilindros de cera por el famoso Rogelio Soto, en registros que no se sabe a donde fueron a parar. Tocaban en las calles Bajopontinas, en el bar “La Mariposa” donde “sus gargantas engastaron las cadencias oleosas de los valses Rimenses”.
Después de los años 10’s cantaron esporádicamente como dúo o en reuniones de bohemios, habiéndose separado artísticamente mucho antes de la muerte de Alberto Bancalari (1929). Es pues, hasta este momento de investigación, lo que se ha rescatado de estos criollos de antaño olvidados por el tiempo y por la ingratitud de la memoria, teniendo en cuenta que si no eran los Montes y Manrique los que viajaban y grababan para Columbia hubieran sido ellos: “El Dúo Bancalari-Garibotto”.
Gino Curioso Solis
gcurioso1974@hotmail.com
Rescatar es iniciar el proceso para hacer justicia
ResponderEliminarAlberto Bancalari, hermano de mi abuelo materno Andrés Bancalari
ResponderEliminarMi nombre Francisco Pardo Bancalari
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