La muerte de Cheo.
Siempre que se habla de “Soneros” en Cuba nunca deja de mencionarse el nombre de José “Cheo” Jiménez. Y es que tenia un estilo vocal hecho para el Son. Del mismo estirpe “Sonero” de Abelardo Barroso, Cheo era diferente. Una voz mas melodiosa y mas dulcemente armoniosa que Barroso, se ubica entre los grandes de todos los tiempos.
Se sabe que nació en Cienfuegos en 1910, mas datos no se sabe acerca de su origen.
Lo vemos como integrante del “Sexteto Enriso” en octubre de 1926 (que integraba junto a los hermanos Enriso, Andrés Sotolongo y otros). En 1927 entra al afamado “Sexteto Habanero” en reemplazo de Abelardo Barroso nada menos, que pasó a fundar el “Sexteto Nacional” de Ignacio Piñeiro y para setiembre de ese año se embarca para Nueva York a hacer grabaciones.
Las primeras grabaciones de “Cheo” se producen en octubre de ese mismo año se encuentra haciendo grabaciones en La Habana con el Sexteto Habanero.
Llego a New York el 27 de mayo de 1928 para hacer grabaciones. En el registro de ingreso a los EE.UU señalaba que tenia su domicilio legal en “Teniente Rey 15 – Habana” y que su padre se llamaba Benicio Jiménez. Natural de Cienfuegos, de 17 años.
Esta fecha de llegada a New York no hace mas que aclarar la confusión de la fecha de algunas grabaciones que se efectuaron en La Habana en 1928 y que pasan como grabadas en EE.UU, ya que el “Sexteto Habanero” que como mencionáramos llego a N.Y el 27 de mayo de 1928, las grabaciones se realizaron 4 días después de su arribo, es decir el 31 de mayo de 1928. Siendo esta la primera y única vez en que “Cheo” pisara tierra Norteamericana, siendo su última grabación el Son “La Diosa” cantándolo espectacularmente.
La entrada de Cheo al Septeto Nacional de Piñeiro se produce a inicios de 1929 en reemplazo de nuevamente Abelardo Barroso que había salido del Nacional en setiembre del mismo año para dirigir su propio Sexteto.
El viaje.
El Vapor correo “Cristóbal Colón” venía a La Habana procedente del puerto de Veracruz en México el 17 de junio. Durante su travesía falleció el pasajero de 3era clase, el Español Antonio Alonso de 37 años a consecuencia de una “Parálisis”, desembarcado en La Habana es inhumado en el cementerio de esa ciudad. En La Habana desembarcaron y embarcaron pasajeros, además de proveer de suministros y otros artículos de uso en el barco.
Partieron del puerto de La Habana el martes 18 de junio a medio día con destino a New York, llegando el día viernes 21. El viaje se produjo sin mayores consecuencias. El barco que los trasladaba era el famoso “Cristóbal Colon” guiado por el Capitán D. Eduardo Fano de Oyarbide.
El agente del “Cristóbal Colón” en La Habana informaba por un cablegrama recibido el 21 de junio que el “Cristóbal Colon llego felizmente a New York procedente de La Habana”.
El día 25 de junio el “Diario de la marina” informaba que (el día lunes 24) había salido de New York para la Coruña el trasatlántico español Cristóbal Colón y que llevaba más de mil pasajeros embarcados en México y Cuba.
La Muerte.
El trompetista del Septeto, Lázaro Herrera fue único sobreviviente que llego hasta nuestras épocas. Testigo vivo de aquella desgracia se refirió siempre a aquel hecho, cuando sus demás compañeros evitaban hacerlo, llevándose hasta la tumba esa historia.
En una entrevista señalaba: “A la salida de N.Y se encalla el “Cristóbal Colon”, todo el mundo salió a ver por fuera, menos el solista guía y se mete abajo en el fondo para ver como desencallaban el barco. Luego de eso salió del fondo del barco desabrigado y se para a ver como camina el barco y a conversar con sus compañeros y le coge una Bronconeumonía porque iba desabrigado. Ya en junio en la bahía de N.Y hace su fresquecito”.
Luego de empezar con la fiebre y dificultades para respirar es atendido por el cuerpo médico del barco, integrado por los Doctores: Jenaro de Toca San Emeterio (1er Medico) y por José Eire Santalla (2do Medico). La evolución de la enfermedad fue muy rápida, y no pudiendo hacer más los médicos fallece el joven José Jiménez, dando los Santos oleos el Capellán Hilario Ibeas Ávila.
“A las 4 horas después de una fiebre horrible muere. Hubo que tirar al agua a Cheo, le hicieron su caja de metal y su tronco de hierro. Yo vi cuando bajaron el cadáver para el fondo del mar”, señalaba Herrera. Cheo tenia 18 años.
En el libro “La Habana tiene su Son” de Ricardo R. Oropesa refiere otra entrevista a Lázaro Herrera donde además cuenta: “Estando encallado el barco, estaba abajo con los maquinistas, donde había un calor horrible, mirando como hacían para sacarlo. Como estaba sin camisa y había mucho frio afuera, al subir yo le digo: ”Tu estabas bastante caliente, ponte algo” y el me dice: “que va, si lo que quiero es coger fresco”. No resistió nada, quedo entre mis brazos, yo halándole la lengua, así murió en unas horas. Se avisó al presidente de Cuba, que era Machado, pero no contestó nada. Entonces hicieron un sarcófago de zinc bien cerrado, envuelto en la bandera cubana y al medio día lo lanzamos al agua, en pleno Atlántico”.
Posiblemente alguna regla sanitaria vigente aquellos años no permitía el viaje de un cadáver sobre cubierta, es por ello que tuvieron que echar el cadáver de Cheo al mar.
En aquellos días Ramon Franco Bahamonde, héroe de la aviación Española y hermano de Francisco Franco emprendieron un vuelo cuya ruta era “Los Alcázares-New York” el cual naufrago durante 8 días, no teniendo rastros de ellos hasta que fueron rescatados por el Portaaviones Británico “Eagle”. Se le dio la orden al “Cristóbal Colon” que navegaba cerca de las Azores, de buscar el Hidroplano perdido.
A pesar de esto el arribo a España se produce el día 1 de julio, llegando a Vigo como lo señala el diario “El Sol” del día 4 de julio: “Se ha recibido un cablegrama dando cuenta de que el vapor “Cristóbal Colón” ha efectuado la travesía Nueva York-Vigo en 6 días con 20 horas, consiguiendo, por tanto, el “Récord” de velocidad en aquella línea”.
La fecha del fallecimiento no se sabe aún. Con seguridad los últimos días de junio de 1929 en que la desgracia acompaño al Septeto. Por esas ironías de la vida, la desgracia que significo la inesperada muerte de Cheo fue precedente a los grandes éxitos que obtuvo el Septeto Nacional en España. Tal vez ni ellos mismos se esperaban ese rotundo éxito que se avecinaba. Tuvieron que ensayar a la otra voz prima que viajaba con ellos: Juan De La Cruz, muy buen cantante sin duda, pero no era Sonero, era más bien Trovador. También hizo de prima el guitarrista Eutimio Constantin. El resto del viaje y las primeras actuaciones les sirvió de ensayo.
Sobre el resto del viaje ya lo tratamos en un anterior artículo.
Cheo fue y a pesar del tiempo sigue siendo considerado uno de los más grandes soneros, inspiración de grandes como Miguelito Cuní y Panchito Riset quien no disimulaba su admiración a Cheo diciendo que su estilo era el mismo de Cheo.
Lic. Gino Curioso Solis.
gcurioso1974@hotmail.com
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