El 17 de diciembre de 1965 fue uno de los días más tristes en la música Cubana, y es que ese día la música popular Cubana había perdido a uno de sus máximos exponentes: María Teresa Vera.
Teresa es uno de esos casos raros en la música. En las épocas en que inicio en la Trova no se conocía caso alguno de elemento femenino que hiciera incursión en este género (por lo menos de relevancia) dominado por varones. Quizá asome el caso de Angelita Becqué (que hiciera dúo con Rafael Zequeira y que alcanzara a grabar un solo número en 1908 aproximadamente, hoy considerado perdido). Pero el caso de Teresa es especial.
Se dice que cuando empezó no había un estilo femenino a seguir. Hasta en eso fue creadora nuestra heroína.
La letra que da título a nuestro articulo pertenece a su gran amigo el trovador Patricio Ballagas; “Timidez” y que se incluyera en el último disco Lp que ella grabara en vida junto a su inseparable Hierrezuelo: “La Canción Cubana Tradicional” (1961). Parece ser profética.
En 1962 tuvo problemas de salud que desencadenaron en el retiro de los escenarios. Y es que ella sufrió una lesión vascular cerebral que dio como resultado de la parálisis de una de las mitades de su cuerpo. Ello imposibilito el uso de su guitarra.
Su eterno Lorenzo Hierrezuelo informa a la prensa que sería difícil que ella pudiese retornar al canto. Podía haber seguido cantando pero ella optó por el retiro. Ese mismo año en octubre el ministro de trabajo, Comandante Augusto Martínez Sánchez dictó una resolución por la que se le concedía una pensión vitalicia a María Teresa Vera “en merito a su vida consagrada a la divulgación de las mejores melodías de la Canción Cubana”.
Lo cierto es que el 26 de marzo de 1957 en la “Cámara de Representantes” se aprobó “conceder una pensión vitalicia de 1,200.00 pesos anuales a María Teresa Vera, intérprete emotiva de los ritmos nacionales”.
Estando internada en el hospital “Julio Díaz” una tarde varios de sus compañeros de arte le rindieron homenaje. Entre ellos el “Trio Veinte Años”, “Las Hermanas Martí”, “El Cuarteto Gómez-Oviedo”, “El Septeto Nacional de Piñeiro”, “Orquesta Anacaona”, “Barbarito Diez”, “Conjunto Típico Cubano de Sones”, entre otros más. Era una de las más auténticas muestras de respeto, admiración y afecto a la madre de la Trova. “Aquella tarde en el hospital “Julio Díaz” será para mi inolvidable. Si es verdad que recordar es vivir, esa tarde, otra vez, renació en mi con ímpetu la vida que se me apagaba…..”.
Su alejamiento no fue del todo radical. Los trovadores concurrían a su casa. Ella gustosa los recibía. Asistía además a donde evento trovador era invitada, además de homenajes en su honor. Bajo su amparo se creó el “Trio Veinte Años” que dejo un Lp llamado: “María Teresa Vera – 50 años de Inspiración” en la cual intervino asesorándolos.
Ya la salud iba resquebrajando progresivamente. Luego de otros episodios más de lesiones vasculares cerebrales finalmente fallece el día viernes 17 de diciembre de 1965 a los 70 años de edad. La revista “Bohemia” del día 24 de diciembre de 1965 señala textualmente: “Tras larga y penosa enfermedad, María Teresa Vera moría rodeada del cariño y admiración de un pueblo, al que ofrendó lo mejor de su talento y su más pura emoción de Cubana”.
Las lesiones vasculares tomaron fuerza un día de diciembre de 1965. Esta vez fue más grave. Ya sintiendo la gravedad de su estado es que manda a llamar a Hierrezuelo. Llegando al pie de su cama, ella le dijo:
“Hierre, te mando a buscar porque tienes un compromiso conmigo”.
“Dime María, ¿Qué es lo que quieres?”.
“Bueno, tienes el compromiso, el día que yo me muera, de cantarme Veinte Años”.
Lorenzo no le pudo contestar porque se echó a llorar.
Con el compromiso hecho fue que cerró uno de los capítulos más ilustres en la Trova Cubana.
Sobre aquello, Barbarito Diez señala: “me llamaron para que yo le cantara su canción “Veinte Años”, ya que Hierrezuelo no se hallaba con valor de cumplirle lo que le había prometido. Me dijo que yo se la tenía que cantar, pues él no podía. Y yo, con dolor, le canté sus “Veinte Años””.
Sabiéndose en la fama y en su lecho de enferma, afirmaba sin falsa modestia, según refiere una de sus sobrinas: “Sigan jugando conmigo, porque hasta después de muerta me van a tener que seguir nombrando, porque yo soy MARIA TERESA VERA”.
Dos días antes, es decir el miércoles 15 de diciembre había fallecido a los 76 años, un grande de la comicidad y el teatro vernáculo: Sergio Acebal el famoso “Negrito Acebal” quien ya se había retirado de los escenarios hacía más de veinte años. La farándula Cubana aun sin salir del dolor por la pérdida del “Negrito Acebal” enfrenta la pérdida de Teresa.
Cuando alguien de la talla de Maria Teresa Vera muere, en realidad no muere. Ahí tenemos sus discos que nos desgarran cuando los oímos. No tenía buena dicción. Para que?. No la necesitaba, si entregaba el alma en cada canción !!!!.
En octubre de 1972, Lorenzo Hierrezuelo (por iniciativa de María Teresa Linares) dona la guitarra de MTV al “Museo y Archivo de la Música”. Aunque en el museo de Guanajay se exhibe una foto y guitarra que según se dice era de MTV.
Ay pero mas dulce
Es la boca ardiente
De aquella que nunca
Podremos besar ¡!!!.
Lic Gino Curioso Solis
gcurioso1974@hotmail.com
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